Es de sabiduría popular que, a los lectores, nos encanta el olor a libro. Ya sea en nuestra biblioteca particular o escondidos detrás de una estantería de la librería. Pero ¿Por qué nos gusta tanto? Vamos a intentar contestar esta cuestión.
El olor de los libros, sobre todo a los lectores y lectoras, nos hace sentir bien. Nos trae recuerdos de momentos especiales, de tardes tranquilas de lectura y momentos con la familia y amigos visitando las librerías. Todo esto puede estudiarse desde dos puntos diferentes: la vertiente de la química y de la psicología.
Desde el punto de vista químico
Primero, vamos a exponer qué dice la ciencia sobre ello. Matija Strlic, profesor de Ciencias del Patrimonio de la University College de Londres, definió en uno de sus trabajos que el olor a libro es “Una combinación de notas herbáceas, con puntas ácidas y un toque de vainilla sobre un olor a moho subyacente”.
En realidad, el olor a libro proviene, sobre todo, por uno de los componentes que tiene la materia prima del papel, la lignina. Presente tanto en árboles, arbustos y otras plantas y que hace que sean resistentes.
Aunque es uno de los componentes que se separan de la materia prima para facilitar a fabricación del producto final, sus aceites esenciales no se retiran por completo y dejan impregnada la pasta con la que se realizará el papel. Dejando su característico perfume.
Por supuesto, el resto de sustancias que componen las páginas de los libros, también aportan un toque a la combinación: la vainillina, huele a vainilla; el ácido acético, nos recuerda al vinagre; los aldehídos de cadena corta, transmiten olor a pasto seco; y el benzaldehído, huele a almendras amargas. Todo esto, sumado a la tinta que da forma a las palabras y al pegamento, hacen que oler libros sea toda una experiencia. Un olor que varía con el paso del tiempo.
Desde el punto de vista psicológico
“Bibliosmia”, el término que define la sensación que causa en algunas personas el olor de los libros.
Que una sensación tan específica tenga una palabra que lo defina, quiere decir que muchas personas sentimos esa fascinación por el olor de los libros.
Y es que, el olfato es un sentido puramente emocional ya que produce reacciones antes de que el estímulo sea procesado por la conciencia. Por eso, cuando percibimos un olor, nos puede transportar a un momento de nuestra vida en concreto.
Por lo tanto ¿Qué significa que nos guste el olor de los libros? Significa que nos recuerda a un momento placentero, a una experiencia positiva, que lo asociamos a él cada vez que entramos en una biblioteca o en una librería. De hecho, una investigación realizada en Estados Unidos sobre por qué las personas compran libros, ratificó que un 2% de personas creen que las propiedades físicas del libro mejoran la experiencia de lectura. Además, un 16% preferían los libros físicos a los ebooks porque, el libro en digital, no transmite lo mismo que el papel.
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