Estas líneas que estás dispuesta/o a leer son un todo y un nada, esto no va de buena literatura, saber escribir y de ser un profesional de la cosa. Dicho esto, la cosa va de atreverse a expresar lo que tanto tiempo estuvo oculto en uno. Ese es el hándicap del desarrollo personal, atreverte a realizar una observación introspectiva hacia tu interior, detectar miedos y patrones tóxicos y cómo no, dar el salto a la acción para resolverlos.
Sirva la presente para que si yo lo he realizado, ¿por qué tú no puedes hacer lo mismo? Es más, te invito, sin que haga falta ello, a que lo hagas. Todo un concepto de terapia, soltar lastre y quedar nítido para una nueva era. Hay momentos en la vida que si no dejas la mochila de tu pasado a un lado, el presente se hace más pesado y el futuro cerrado. Así que no hay más, si la vida es un largo recorrido, soltar peso tóxico es estratégico para llegar a la meta y a su vez, en buen estado.
Esto va de vibrar en la onda de la evolución, llevar una frecuencia en la que estés conectado a tu canal de creación, a subir en tu escala de conciencia y, por qué no, a dar el salto evolutivo. Quizás no te hayas preguntado para qué has nacido y cuál es tu propósito de vida; si esto te llega de nuevo, pararse a resolver el enigma es empezar el camino. Todo ser humano tendría que tener claro su concepto y, dando unas pinceladas al respecto, solucionar los problemas kármicos de esta vida y llevado a otro plano, las heredadas por nuestros ancestros. Todo ello te da paz interior y felicidad.
¿Te apuntas?