Iván Lanchazo (Nómada Producción Gráfica)
Cuando pensamos en un libro o en una colección, nos viene a la mente el producto acabado. Es decir un libro completo, impreso y encuadernado. Pero antes de conseguir ese resultado hay una serie de procesos que condicionan el resultado final.
Una vez el diseño de la obra está finalizado se realizan las pruebas de impresión, lo ideal será hacerlas con el material escogido para ver el resultado más real posible. Cuando tenemos la confirmación de que nuestro manual es apto para impresión ponemos en marcha el proceso de producción.
¿Qué sistema de impresión escogemos?
La respuesta siempre estará en el número de ejemplares que deseemos imprimir. Hoy por hoy la impresión digital permite hacer tiradas cortas con una calidad extraordinaria. Si nuestra tirada prevista es grande nos decidiremos por la impresión offset. Este sistema de impresión permite tiradas largas a una gran velocidad, pero con una gran calidad. En el caso de imprimir nuestro libro en offset necesitaremos llevar a cabo unos procesos previos.
El montaje e impresión de las planchas. Para un documento en cuatricromía se necesita una plancha con cada uno de los colores. La alimentación del papel puede ser en bobina o en hojas planas de diferentes formatos. El tamaño máximo de pliego lo determina la máquina con la que imprimimos nuestro libro. Durante todo el proceso de impresión se lleva a cabo un minucioso control de calidad, de color y de registro. Todos estos controles minuciosos evitan problemas que una vez se ha impreso el archivo no tienen solución. A partir de aquí el proceso sería el mismo para un trabajo digital que para uno en offset.
Una vez nuestro producto impreso ya ha secado, pasamos al corte, plegado y apilado del contenido del libro para posteriormente pasar a la encuadernación.
De nuevo, en esta parte del proceso contamos con numerosas opciones, cosido, grapado, encuadernación en espiral, encolado, etc. Esto habitualmente es una elección del cliente. Pero el número de páginas siempre condiciona la encuadernación. Por ejemplo, no podemos grapar una obra que cuente con un gran número de páginas. En otras ocasiones queremos acabados más elegantes que la espiral o el wire-o no pueden ofrecernos. Por eso debemos saber a quién va dirigido nuestro trabajo para elegir de manera correcta los materiales, los acabados y la encuadernación.