Descripción
¿Somos culpables de nuestras emociones, o solo de lo que hacemos con ellas?
Valencia 1980. Mateo Espinosa es homosexual y oculta su condición por miedo. Experimenta un desprecio continuado hacia su diversidad y que lo relacionen con algo defectuoso o problemático.
Una insufrible angustia hace que tome una decisión para encontrar su libertad: arrojarse por el balcón de su casa.
Veintiocho años después, sus antiguos compañeros de instituto sufren experiencias que les causan remordimiento. Se vuelven a encontrar y deciden, primero silenciarlo, pero acaban realizando acciones destructivas.
Ante una realidad, el silencio no es la solución. Esconderse, disimular o pasar desapercibido, tampoco son opciones porque hay batallas que deben ser peleadas.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.