Es necesario estimular el hábito lector desde una perspectiva dinámica que posicione la lectura como forma de entretenimiento y fuente de diversión.
Cuando pensamos en un libro o en una colección, nos viene a la mente el producto acabado. Es decir un libro completo, impreso y encuadernado. Pero antes de conseguir ese resultado hay una serie de procesos que condicionan el resultado final.